LOS QUE NACIMOS EN LOS CUARENTA DEL PASADO SIGLO.
Pertenecemos a una generación que ha soportado cambios importantes.
Una generación que sufrió la dura posguerra y todo un proceso de esfuerzo y trabajo para encontrarnos con una sociedad como la que estamos viviendo ahora. La bonanza económica del mundo occidental fue colapsada por unos jóvenes que abarrotamos las aulas como nunca antes había sucedido.
El tradicional elitismo universitario y académico coexistió con la popularización de la enseñanza. Hasta entonces eran pocos los que teníamos la oportunidad de formarnos, y las chicas estaban claramente discriminadas. Desarrollamos una juventud creadora que pretendía olvidar el tono épico-heroico y la alabanza de un pasado, para identificarnos con una espiritualidad liberadora. Debíamos romper los moldes con un proceso generacional anterior y lo logramos, para de esa manera poder identificarnos con un nuevo modo de vida.
Nuestra generación, ahora ya adentrada en el siglo XXI, y muchos de nosotros traspasamos la edad de la jubilación desde hace tiempo, seguimos desarrollando otro modelo de vida profesional alejada de la que nos habían marcado para la vejez. No nos sentimos "viejos", aunque abuelos y algunos achaques, continuamos con ganas de seguir siendo útiles a la sociedad, disfrutamos con plenitud de cada día sin temor al ocio o a la soledad, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, desvelos y sucesos fortuitos bien vale saber seguir disfrutando de la vida.
Con mayor o menor dificultad, pero no negamos a disfrutar de los avances tecnológicos como el ordenador o el móvil para poder seguir en sintonía con la juventud actual. Estamos estrenando una edad que todavía no tiene denominación, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo somos, hoy sin estar plenos físicamente, intelectualmente recordamos la juventud, pero sin nostalgias. Celebramos la salida del sol de cada día haciendo planes de vida.

Decia mi abuelo Antonio, poco antes de los setenta: cuando me enterreis, dejadme los ojitos fuera. Empezaban a verse las minifaldas.
ResponderEliminarNos decia el padre Silva: si alguno quiere enredar con una chica, que se haga novio y luego que se case con ella. A nadie le gusta ser segundo plato.
Es posible que esto que vivimmos hoy sea mejor. Yo siento que no. Tenemos más y mejores cosas, pero yo siento que me falta algo y lo hecho de menos. Puede que sean principios, quizás los haya y sean distintos.
No quiero ser pesimista, pero no puedo dejar de sentir temor
Pasadlo bien. Andrés por los nietos.
Temor por lo que les espera a mis nietos.
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