Los juegos en la calle

 

¡Qué maravilloso recuerdo!, me transporta a una época llena de alegría.

Esa rutina tan cotidiana de llegar del colegio, disfrutar de una merienda casera y jugar con los amigos es algo que muchos añoramos. Situar la historia en el tiempo me añade un toque nostálgico y me permite imaginar un mundo muy diferente al actual. Sin duda, los juegos y las costumbres eran otros.

Los niños teníamos horarios fijos y las actividades extraescolares no eran tan numerosas como ahora. Esto nos permitía disfrutar de más tiempo  para jugar al aire libre y la merienda era un momento clave del día. El pan con chocolate o la carne de membrillo eran alimentos básicos y económicos, pero muy sabrosos. Representaban un pequeño premio después del colegio. El juego era fundamental para nuestro desarrollo. Los juegos callejeros fomentaban la imaginación, la creatividad.

Los juegos infantiles eran muy diferentes a los actuales no requerían tecnología y su esencia radicaba en la creatividad el uso de materiales simples y la interacción social directa. Las chapas consistían en usar tapas de botellas como vehículos que los niños empujaban en circuitos dibujados en el suelo. También se jugaba al futbol con un garbanzo como pelota. Esos juegos transmitían valores como la paciencia la perseverancia y el respeto por las reglas. Además, nos permitía conectar con la naturaleza de una manera más directa. Y además fomentaban la socialización la coordinación y el ingenio además jugábamos al aire libre lo que favorecía la actividad física. Hoy en día, muy pocos niños siguen disfrutando de juegos tradicionales, los videojuegos y juguetes tecnológicos han transformado la forma de jugar priorizando la interacción virtual sobre la presencial.

Los niños teníamos horarios fijos y las actividades extraescolares no eran tan numerosas como ahora. Esto nos permitía disfrutar de más tiempo libre para jugar al aire libre y la merienda era un momento clave del día. El pan con chocolate o la carne de membrillo eran alimentos básicos y económicos, pero muy sabrosos. Representaban un pequeño premio después del colegio. El juego era fundamental para nuestro desarrollo. Los juegos callejeros fomentaban la imaginación, la creatividad.

Quiero hacer un repaso de algunos de los juegos que jugaba en mitad de la calle con mis amigos de la infancia

La taba se jugaba con el astrágalo de los corderos y las reglas variaban, pero el objetivo principal era apostar por las posiciones en que caía se jugaba sentados en el suelo si te salía la parte difícil podía tocar mandar o llevar el zurriago que se trataba de una correa si te salía la fácil o tripas u hoyos te salvabas o recibías los zurriagazos que mandaba el carnero. El peón era una especie de trompo que se hacía girar con una cuerda el desafío era realizar trucos sobre un círculo señalado en el suelo se tiraba el peón se podía coger girando con las manos y el objetivo era sacar alguna otra peonza fuera del círculo marcado los peones se decoraban para que cuando giraban arrojaran bonitos colores. Con las bolas se hacía un gua que era un hoyo sobre el terreno y el lugar de referencia para comenzar el juego las bolas o canicas habría que chocarlas con la del contrincante y después ir al gua.

Estos juegos no solo eran una forma de diversión, sino que también reflejaban la vida cotidiana de la época. La escasez de juguetes comerciales hacía que los niños fuéramos más ingeniosos y usaremos materiales que teníamos a mano.

Además de fomentar la socialización, la coordinación y el ingenio, estos juegos transmitían valores como la paciencia, la perseverancia y el respeto por las reglas. Es interesante ver cómo algunos de estos juegos han evolucionado y se han adaptado a los nuevos tiempos. Por ejemplo, las canicas siguen siendo populares, aunque ahora se pueden encontrar en versiones más elaboradas y con diseños más modernos.

A pesar de la popularidad de los videojuegos, los juegos tradicionales siguen teniendo un gran valor educativo y social. Fomentan el desarrollo de habilidades motoras, cognitivas y sociales que no siempre se trabajan con los dispositivos electrónicos. También podríamos explorar otros juegos populares como: La rayuela: Un clásico que se jugaba dibujando un recorrido en el suelo con tiza.La comba: Un juego que requería agilidad y coordinación. El escondite: Un juego perfecto para desarrollar la imaginación y la capacidad de observación.

 

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